Últimamente, la palabra metaverso se ha convertido en una de las más populares en el campo de la tecnología. El interés por este fenómeno no ha parado de crecer desde que Facebook cambió de nombre. Y todas las semanas aparecen nuevas noticias en los medios acerca de las oportunidades que nos va a ofrecer.
La línea que separa el mundo real del virtual cada vez es más difusa. Y más lo será si el metaverso se convierte en realidad. Actualmente, se estima que su valor alcanza los 500.000 millones de dólares y para 2030 se espera que llegue a los 2,5 billones, según un informe de Bloomberg.
Viendo esto, podemos entender por qué las grandes empresas lo ven como el futuro de la Red. En cualquier caso, veamos con atención qué es esto del metaverso y cuáles son sus características.
Qué es el metaverso
Un metaverso hace referencia a un espacio digital donde las personas podremos interactuar a través de una serie de dispositivos electrónicos como aparatos de realidad virtual o realidad aumentada. Se trata pues de un mundo virtual al que accederemos con un avatar para realizar diversas actividades.

Este entorno busca fomentar nuevas formas de relacionarnos con los demás y de entender la vida. En concreto, pretende ser una realidad alternativa al mundo real en la que podremos hacer lo mismo que en nuestra vida cotidiana: pasar el tiempo con los amigos, ir a nuestro trabajo, disfrutar de juegos y conciertos, ir de compras, etc.
Sin lugar a dudas, este universo virtual puede cambiar por completo nuestro día a día. De hecho, muchas voces se atreven a afirmar que el futuro de Internet pasa por ahí. Aun así, todavía es pronto para decirlo, ya que de momento solo es un concepto que está en fase de construcción.
Saber cuándo estará disponible es una de las grandes incógnitas. Los expertos que trabajan en la creación de metaversos manifiestan que aún requiere de desarrollos en materia de software y hardware para ofrecer la experiencia de realidad virtual que prometen. Mark Zuckerberg, fundador de la red social Facebook, sostiene que es un proyecto a largo plazo, de modo que tendremos que esperar al menos una década para contemplarlo.
Mientras tanto, tenemos la opción de acceder a multitud de mundos virtuales a través de videojuegos mediante dispositivos inteligentes como teléfonos móviles, ordenadores, tablets o gafas de realidad aumentada. Ahora bien, éstos espacios son mundos de fantasía y el metaverso no pretende convertirse en uno de ellos. Más bien, éste busca eliminar algunas de las barreras que existen entre el mundo real y el digital, por lo que tiene un sentido más amplio que el resto de espacios virtuales en 3D.
Origen del metaverso
El término metaverso es un acrónimo que está compuesto por la unión de dos palabras: meta, prefijo griego que significa “más allá de” o “después de”, y universo. Este concepto fue acuñado en 1992 por el escritor Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción titulada Snow Crash.
La novela narra las vivencias de un hacker en un entorno virtual al que accede mediante unas gafas que le permiten interactuar en un espacio paralelo en forma de avatar. El escritor, además de crear la primera referencia de una realidad completamente virtual, fue uno de los primeros en usar la palabra avatar para referirse a una imagen que identifica a un personaje en el mundo digital.

A partir de las ideas difundidas por Stephenson fueron surgiendo una serie de universos en 3D, como fue el caso de Second Life, que lograron captar la atención del público. Sin embargo, la palabra metaverso comenzó a popularizarse, en cierto modo, en 2018 a causa del estreno de la película Ready Player One dirigida por Steven Spielberg.
En la actualidad, muchas empresas están invirtiendo miles de millones de dólares en el desarrollo de metaversos para aprovechar sus múltiples ventajas. Meta, Microsoft y Epic Games son tres de las firmas que más están apostando por la creación de entornos totalmente inmersivos. No obstante, otras marcas que no son tecnológicas también están lanzando sus propios proyectos.
Características del metaverso
Existen tres características que se consideran imprescindibles en cualquier metaverso, según el investigador Edward Castronova. Veamoslas:
Interactividad. Los metaversos son espacios interactivos a los que nos conectaremos para comunicarnos e interactuar tanto con otros avatares como con los elementos que lo componen. En otras palabras, los usuarios tendremos la capacidad de influir sobre los objetos y los comportamientos de otros miembros del metaverso.
Corporeidad. En estos espacios virtuales estaremos sometidos por las leyes de la física y los recursos a los que tendremos acceso serán limitados, al igual que en el mundo físico.
Persistencia. El metaverso seguirá funcionando a pesar de que no nos encontremos conectados en un momento determinado de tiempo. En consecuencia, podemos sostener que se tratará de un entorno vivo e independiente en el que nuestra vida tendrá continuidad.
Otro aspecto a resaltar de los metaversos es que nos permitirá participar en economías virtuales, en las cuales podremos comprar, vender e intercambiar activos digitales como ropa virtual, NFTs y propiedades inmobiliarias. Esto va a dar lugar a un nuevo ecosistema financiero basado en la tecnología blockchain.
Por último, es necesario destacar que se espera que sea un espacio sin límites en cuanto a las personas que puedan usarlo se refiere, lo que lo convertirá en un universo accesible. Asimismo, también se confía en que esté descentralizado y que haya interoperabilidad entre los distintos metaversos, lo cual representa el mayor de los retos a conseguir.